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OPINIÓN - Firmas - Juan José Dolado 28/05/2005
Añadir a mis noticias El rival más débil
Juan José Dolado
Actualizado: 01:13
 
La literatura económica distingue dos tipos de discriminación: la debida a preferencias, que desaparece con la competencia, y la información asimétrica sobre las capacidades productivas de los individuos.

Sabido es que los individuos pueden ser tratados de forma diferente dependiendo de características intrínsecas, como pueden ser la raza o el sexo. Existe una amplísima evidencia documentando este fenómeno en las sociedades modernas y, por ejemplo, no paran de salir artículos en prensa y revistas académicas sobre el tema, amén de evaluando los efectos de políticas antidiscriminatorias. Lo que resulta realmente complicado es entender su origen y persistencia, lo que dificulta encontrar soluciones al problema.

La literatura económica, generalmente, distingue dos tipos de discriminación. La primera es la discriminación debida a preferencias o gustos, tal como ha sido analizada en los trabajos clásicos del Nobel Gary Becker. Por ejemplo, un empresario puede decidir, de acuerdo con sus gustos, que no contrata a un determinado grupo de trabajadores. Ello estaría justificado si fueran menos productivos que los que sí contrata.

La discriminación surge cuando no lo son. Lo mismo ocurriría si un consumidor decidiera no comprar un determinado producto que cuya relación calidad/precio es mejor que el que compra, simplemente porque no le gusta algún rasgo del vendedor. Tal como argumentó Becker, este tipo de discriminación desaparece con la competencia. Una buena ilustración de este proceso la acabamos de tener en la final de la Liga de Campeones. A pesar de sus éxitos, el Valencia decidió que su anterior entrenador, Rafael Benítez, no siguiera en el equipo en la presente temporada, posiblemente porque era español o cualquier otro rasgo independiente de su capacidad profesional.

Inmediatamente el Liverpool adquirió sus servicios y se ha convertido en campeón de Europa, mientras el Valencia, que contrató a un entrenador italiano con bastantes menos méritos que Benítez, ha acabado la Liga con más pena que gloria. La competencia nos ha dado la razón a los que pensamos el verano pasado que los directivos del equipo ché habían discriminado al Gran Rafa, como le llaman en Reino Unido. De la misma manera, una empresa que no contrate a trabajadores de color o a mujeres que sean más productivos que los blancos o los varones, acabará siendo expulsada del mercado por otra que sí los contrate. Una lógica aplastante.

Existe un segundo tipo de discriminación que, sin embargo, no desaparece con la competencia, pues tiene que ver con la existencia de información asimétrica respecto a las verdaderas capacidades productivas de los individuos. Es la denominada discriminación estadística. En presencia de este tipo de problema de información, los empresarios o los consumidores toman sus decisiones en virtud de algún tipo de señal sobre trabajadores o vendedores. Es como si se observara la productividad o la calidad/precio como la suma de una señal y un error desconocido. En este contexto, resulta racional que las decisiones se tomen en función de la adscripción del individuo a un grupo determinado sobre el que se conocen sus características.

Por ejemplo, puede ocurrir que las mujeres tengan menos oportunidades de trabajo porque pertenecen a un grupo con reducida participación laboral debido a sus períodos de maternidad (lo único que las diferencia de los hombres), o que yo mismo, por ser baturro, tenga fama de tozudo, aunque, a lo mejor, sea una persona flexible. Si éste es el tipo de discriminación existente, la única solución es mejorar la señal con respecto al ruido.

Así, por ejemplo, la educación puede ejercer este rol pues supone una inversión costosa para el individuo que señala al empresario su compromiso posterior y su capacidad intelectual y productiva. De esta manera se explica fácilmente que las mujeres sean mayoría en nuestras universidades y que los empresarios cada vez contraten a más, sobre todo si son universitarias.

Explicaciones
A estas dos explicaciones tradicionales, recientemente se ha añadido una nueva sugerida por dos investigadores económicos de la Universidad de Oviedo, Manuel F. Bagües y María J. Pérez-Villadóniga, en su trabajo titulado Multidimensional statistical discrimination: Why do I like people like me?”. En dicho artículo se parte de dos premisas: la productividad es multidimensional y el conocimiento es complejo.

Por ejemplo, siguiendo con el caso de Rafael Benítez, pudiera ser que su productividad como entrenador dependiera de diferentes aspectos, como puedan ser la estrategia, psicología con los jugadores, tipo de entrenamientos, etcétera. Supongamos que su colega Claudio Ranieri, quien le sustituyó en el Valencia hasta ser despedido por los fracasos del equipo, tuviera también esas características pero en diferentes proporciones que Benítez. Pensemos que el italiano tuviera mejores entrenamientos físicos y peor estrategia, pero que cuando agregamos ambas dimensiones la capacidad productiva de ambos mánagers fuera idéntica. Aquí entra el conocimiento del presidente del Valencia.

Si por las razones que fuera, apreciara más la forma física de sus jugadores que su colocación en el campo, contratará a Ranieri, como así hizo. No se trata de gustos, que pudieran serlo, sino de diferentes conocimientos. De la misma manera un empresario o un encargado de RRHH que, digamos, fuera licenciado en Derecho podría evaluar mejor los conocimientos de un aspirante a un puesto de trabajo, que también lo fuera, que las de un matemático, pese a que, al agregar sus conocimientos de leyes y números, sus capacidades para desempeñar dicho puesto fueran idénticas.

Los autores utilizan un original método para contrastar su teoría, usando información proveniente del programa de temporadas pasadas en TVE1 El rival mas débil”.

En este programa, al igual que en Gran Hermano, los (nueve) concursantes tienen que pasar distintas (nueve) rondas, y en cada ronda votan la expulsión de un concursante, hasta que al final sólo queda uno que se lleva el premio. Las preguntas están clasificadas por temas (geografía, historia, moda, política, etcétera) de forma que se puede construir el perfil cultural de cada concursante en función de las preguntas que acepta contestar y el número de aciertos y, simplemente sumando estos últimos, podemos conocer su productividad. Se analizan 11.300 preguntas y 2.562 votaciones correspondientes a 549 concursantes que participaron en 61 programas entre finales de 2002 y principios de 2003.

Condicionando el número de respuestas correctas en cada ronda, sean del tema que sean, se encuentra que la probabilidad de que un determinado concursante vote por la expulsión de otro depende, significativa y positivamente, de la distancia de sus perfiles culturales, es decir, un individuo que sepa de geografía, si tiene que decidir entre expulsar a un concursante experto en este tema u otro experto en política (con iguales aciertos), tenderá a votar en contra del segundo.

Resultados
Estos resultados pueden arrojar luz sobre multitud de temas. Un buen ejemplo es la reciente publicación por parte del diario El Mundo (4/5/05) de las cinco mejores universidades en cada una de las 50 titulaciones cursadas en España. Entre las 250 posiciones de podio, las universidades privadas ocupan 30, entre las 41 universidades con podios, sólo hay 7 privadas de las que sólo una ocupa el primer lugar en una carrera (Navarra, en Periodismo). Sin embargo, estas universidades siguen teniendo sus estudiantes y no siempre aquellos que no alcanzan la nota para entrar en las públicas. Así, en las titulaciones de Economía y Administración y Dirección de Empresas (ADE), sólo aparece una (Deusto) que ocupa el quinto lugar en ADE.

Seguramente sus estudiantes son buenos y solicitan ir allí porque sus padres fueron. Si la clase empresarial española proviene, digamos, de Deusto, apreciará algunas cualidades que se enseñan allí y despreciarán otras, tan o más importantes que aquéllas, que se imparten en otros centros. Las oportunidades de trabajo para los licenciados de Deusto serán altas, lo que mantiene la demanda de estudiar allí, pese a que la matrícula sea diez veces más alta que en una pública.

La ventaja de este tipo de ránkings, similares a los que publica anualmente US News & World Report en EEUU y The Times en Reino Unido, es que la señal sobre en qué centros se educa mejor puede mejorar. De esta manera, una mayor competencia y una mejor información pueden acabar convirtiendo al rival más débil en el más fuerte.
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